Hay una gran diferencia entre comer consciente y emocionalmente. La alimentación consciente es un enfoque saludable de la alimentación. Se centra en los alimentos, desde su elección hasta su preparación y su consumo. Se centra en lo que comes, en que sea sano y beneficioso para tu cuerpo, y en cuánto comes. En otras palabras, el mindful eating es lo ideal. Observa y siente las sensaciones de hambre y saciedad, come despacio y no comas en exceso. Comer emocionalmente significa comer en respuesta a emociones, a menudo estrés, tristeza, aburrimiento, ansiedad, depresión, etc.

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Comida poco saludable sin pensar, sólo para sentirse mejor. Es una elección. A largo plazo, esta sobrealimentación emocional causa problemas de salud. La sobrealimentación emocional se manifiesta de las siguientes maneras: impulso inmediato de comer algo, normalmente poco saludable, por placer. Comer para aliviar situaciones de estrés, depresión o frustración. Sentirse culpable o arrepentido nada más terminar de comer.

Entonces, ¿cómo puedes comer con atención y evitar la sobrealimentación emocional?

El primer paso es reconocer que estás comiendo en exceso emocionalmente. Es importante reconocer el hambre, el gusto y la saciedad. Debes prestarte atención a ti mismo y a lo que te dice tu cuerpo. ¿Tienes hambre de verdad, o sólo tienes ganas de comer, o simplemente estás aburrido, de mal humor y quieres atiborrarte? Crea un espacio y un momento tranquilos para comer.

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Hora y lugar para comer o cenar. Come tranquila y lentamente. Mastique despacio y disfrute del sabor de la comida. El cuerpo necesita unos 20 minutos antes de que el cerebro reconozca la sensación de saciedad. En otras palabras, cuanto más despacio comas y más mastiques, menos comerás en exceso. Comer en exceso emocionalmente indica claramente que nada va bien en nuestra vida. Piense detenidamente qué es lo que le hace comer en exceso. ¿Por qué ocurre? ¿Y qué puedes hacer para evitarlo? Lleva un diario o confía en alguien. Es muy importante ser consciente de la diferencia entre la alimentación consciente y la emocional. Al fin y al cabo, ¡se trata de tu salud!