Hoy en día, podemos encontrar teléfonos móviles allá donde miremos. No sólo los tienen los trabajadores, sino también las personas mayores y los niños pequeños. Además, los teléfonos móviles han sustituido esencialmente a los teléfonos fijos tradicionales, y la mayoría de la gente se siente mal cuando se da cuenta de que se los ha dejado en casa. Así que no es de extrañar que surja la pregunta de si, como sociedad, dependemos de él.
Para averiguarlo, primero tenemos que considerar para qué necesitamos los teléfonos móviles y qué no podemos hacer sin ellos. Lo primero y más importante, por supuesto, es la comunicación. Con los teléfonos móviles, podemos conectar prácticamente con cualquier persona. Desde este punto de vista, nos hemos vuelto dependientes de este dispositivo.
Pero aquí hay que distinguir entre dependencia social y personal. La primera no es necesariamente mala. Por ejemplo, como sociedad dependemos ya casi totalmente de la electricidad, y un apagón total es uno de los escenarios más sombríos a los que podríamos enfrentarnos. Sin embargo,
otra cosa es que un individuo se vuelva tan dependiente que no pueda estar sin su teléfono móvil en ningún momento. Por desgracia, esta situación se da cada vez más. Incluso las personas mayores pueden llegar a ser dependientes de esta manera, aunque es algo menos probable que lo hagan. Es entonces cuando la persona tiene un verdadero problema y necesita ayuda.
Hay que decir aquí que normalmente no dependemos del teléfono móvil en sí, sino de algunas de las funciones que ofrece. En muchos casos, se trata de la conexión a Internet y, más concretamente, a las redes sociales, gracias a las cuales podemos enterarnos rápidamente de cualquier noticia. La mayoría de ellas no son importantes para nosotros, pero nuestro cerebro no las reconoce. Tenemos sobrecarga de datos y esto es un problema.
¿Cómo puedo saber si pertenezco a este grupo? Haz una desintoxicación tecnológica. Por ejemplo, guarda tu móvil durante el fin de semana y déjalo con un familiar de confianza. No se lo devuelvas hasta el domingo por la noche o el lunes por la mañana. Intenta ver cómo puedes vivir sin tu teléfono móvil.